Por otra parte, la Embajada de México ha trabajado arduamente por la recuperación del pasado histórico que une a Filipinas con México, a través de una relación comercial que se llevó a cabo durante más de dos siglos a través del galeón que viajaba de Manila a Acapulco. Para esto Calvillo patrocinó el día del Galeón.
El embajador de México también adelantó que la relación entre ambos países podría conllevar a una colaboración en el debate de las relaciones Iglesia-Estado, y que existe la posibilidad de que viajen expertos mexicanos en el tema a aportar su experiencia en este país, que es el único católico en Asia.
—¿Cuáles son las acciones de la Embajada Mexicana en Filipinas como parte del estrechamiento de los lazos entre los dos países?
—La lengua oficial es el Tagalo, antes también estaba el español, pero el español se ha retraído, están intentando reintroducir el español. Nosotros estamos viendo la posibilidad de un convenio bilateral México-Filipinas, para que algunos profesores de la Secretaría de Educación Pública vayan a Filipinas a enseñar el español otra vez. También en el Tagalo se registran palabras del Náhuatl, como chocolate, aguacate, cacahuate y otras muchas más, que fueron llevadas por los mexicanos. (…) Esto es porque la conquista de Filipinas se hace, curiosamente, a través de otro pueblo conquistado, el mexicano, y ya con los españoles en América se encontró en el siglo XVI esta ruta Acapulco-Manila, que se le debe a Andrés de Urdaneta. Durante 250 años hubo un comercio entre Filipinas y México a través del Galeón de Manila, que llegaba al puerto de Acapulco.
—¿Qué importancia ve en acrecentar la relación México-Filipinas?
—Muchos analistas consideran que la economía del siglo XXI se dará en esa parte del mundo, en Asia, el Pacífico. Y el Galeón es una experiencia que se debe de recuperar. Fue la primera experiencia mundializadora (sic) en la historia del comercio. A través del puerto de Manila se conectaba con Japón, China, India, incluso Persia. De Manila se trasladaban las mercancías a Acapulco. A allí venía gente de todas partes de América para comprar, de Ecuador, de Perú.