Panamá se propone retomar de inmediato los planes para impulsar su integración con Centroamérica, una cuestión prioritaria en su política exterior junto a la cooperación internacional en la lucha contra el crimen y el terrorismo.
La región impulsa a través del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) su cohesión política, económica y social, en un proceso que se remonta a la década de 1950 y que ha estado plagado de obstáculos, como las guerras internas de la década de 1970 y 1980 y la baja productividad que caracteriza a las economías del istmo.
La iniciativa arrancó con la extinta Organización de Estados Centroamericanos, que integraban Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, y evolucionó hacia el SICA en 1993, cuando se sumaron Belice y Panamá como miembros de plenos derecho.
República Dominicana, hasta ahora país asociado, pasará a ser miembro pleno del SICA en un plazo de un año, anunció el pasado 16 de marzo el canciller costarricense, Enrique Castillo, tras una reunión de cancilleres del organismo en San José.
"Durante muchos años se hablaba de Centroamérica y Panamá (pero) somos parte de Centroamérica y vamos a continuar con esos esfuerzos", declaró Núñez Fábrega, un periodista y economista de profesión con experiencia en el mundo diplomático.
Parte de la estrategia para impulsar la integración de Panamá con el resto del istmo será "participando" más en las distintas iniciativas regionales.
"Vamos a participar, (algo) que no hemos hecho, ofreciendo personal, para llevar a cabo esa integración regional que es tan importante", dijo sin más precisiones el canciller y antiguo cónsul general en Tampa, Estados Unidos, entre otros cargos en el exterior ejercidos por Núñez Fábrega.
El SICA cuenta con una serie de organismos, entre ellos el Parlamento Centroamericano (Parlacen), al que se reincorporó Panamá el pasado febrero tras más de un año fuera del organismo.
La salida de Panamá del Parlacen fue una promesa de campaña electoral del actual presidente panameño, Ricardo Martinelli, quien entonces calificaba al organismo regional como "inoperante" y "una cueva de inmunidades".
"Quizás me extralimité al decir (que el Parlacen era una) cueva de ladrones, pero sí es un refugio" para políticos que quieren "inmunidad", dijo el pasado 26 de febrero Martinelli, y abogó por "subir la calidad" de los diputados porque el parlamento regional "va a ser cada vez más importante para Centroamérica".
Panamá también se integró oficialmente al Subsistema de Integración Económica Centroamericana (Sieca) el pasado 29 de junio, el mismo día que el bloque regional firmó un inédito Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE) en una reunión cumbre celebrada en la capital hondureña.
Panamá salió fortalecida de esa cumbre al ser incorporada al Sieca después de una tensa reunión previa de cancilleres en la que Nicaragua objetó el ingreso panameño, que era indispensable para que se concretara el Acuerdo de Asociación con la UE, el primero entre dos bloques regionales.
Otra prioridad de la gestión del canciller Núñez Fábrega será involucrar más activamente a Panamá en las iniciativas de lucha internacional contra el terrorismo, el ciberterrorismo, el crimen organizado y las armas químicas y nucleares.
"Lo más importante es que podamos compartir con otras naciones cualquier amenaza", y para ello se está diseñando una "dirección general" que impulse un "intercambio de información fluido con todos los países que están en una lucha contra esos flagelos".
En rojo los países miembros del S.I.C.A |
La iniciativa arrancó con la extinta Organización de Estados Centroamericanos, que integraban Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, y evolucionó hacia el SICA en 1993, cuando se sumaron Belice y Panamá como miembros de plenos derecho.
República Dominicana, hasta ahora país asociado, pasará a ser miembro pleno del SICA en un plazo de un año, anunció el pasado 16 de marzo el canciller costarricense, Enrique Castillo, tras una reunión de cancilleres del organismo en San José.
"Durante muchos años se hablaba de Centroamérica y Panamá (pero) somos parte de Centroamérica y vamos a continuar con esos esfuerzos", declaró Núñez Fábrega, un periodista y economista de profesión con experiencia en el mundo diplomático.
Parte de la estrategia para impulsar la integración de Panamá con el resto del istmo será "participando" más en las distintas iniciativas regionales.
"Vamos a participar, (algo) que no hemos hecho, ofreciendo personal, para llevar a cabo esa integración regional que es tan importante", dijo sin más precisiones el canciller y antiguo cónsul general en Tampa, Estados Unidos, entre otros cargos en el exterior ejercidos por Núñez Fábrega.
El SICA cuenta con una serie de organismos, entre ellos el Parlamento Centroamericano (Parlacen), al que se reincorporó Panamá el pasado febrero tras más de un año fuera del organismo.
La salida de Panamá del Parlacen fue una promesa de campaña electoral del actual presidente panameño, Ricardo Martinelli, quien entonces calificaba al organismo regional como "inoperante" y "una cueva de inmunidades".
"Quizás me extralimité al decir (que el Parlacen era una) cueva de ladrones, pero sí es un refugio" para políticos que quieren "inmunidad", dijo el pasado 26 de febrero Martinelli, y abogó por "subir la calidad" de los diputados porque el parlamento regional "va a ser cada vez más importante para Centroamérica".
Panamá también se integró oficialmente al Subsistema de Integración Económica Centroamericana (Sieca) el pasado 29 de junio, el mismo día que el bloque regional firmó un inédito Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE) en una reunión cumbre celebrada en la capital hondureña.
Panamá salió fortalecida de esa cumbre al ser incorporada al Sieca después de una tensa reunión previa de cancilleres en la que Nicaragua objetó el ingreso panameño, que era indispensable para que se concretara el Acuerdo de Asociación con la UE, el primero entre dos bloques regionales.
Otra prioridad de la gestión del canciller Núñez Fábrega será involucrar más activamente a Panamá en las iniciativas de lucha internacional contra el terrorismo, el ciberterrorismo, el crimen organizado y las armas químicas y nucleares.
"Lo más importante es que podamos compartir con otras naciones cualquier amenaza", y para ello se está diseñando una "dirección general" que impulse un "intercambio de información fluido con todos los países que están en una lucha contra esos flagelos".