Ha muerto Íñigo, protagonista de una televisión distinta, una TVE donde cabían Epi y Blas pero también las películas de autor en Cineclub.
Hagamos repaso a cómo se convirtió José María Íñigo en la gran estrella de la televisión que fue.
De su Bilbao natal (nació un 4 de junio de 1942 -tenía 75 años-) a los míticos estudios de Prado del Rey.
3. Y Joan Baez, todavía en el franquismo, homenajeó a los comunistas.
Lo contó Íñigo en varias ocasiones. Su momento más tenso con el franquismo se produjo cuando invitó a Joan Baez a cantar en su programa y la estrella del folk (muy izquierdista ella) dedicó su actuación a "Pasionaria, presidenta del Partido Comunista". Too much en unos tiempos en que a los comunistas no se les mentaba en TVE y menos en un espacio de entretenimiento con audiencias masivas.
4. La entrevista más triste del mundo
Otra anécdota muchas veces repetida por Íñigo: su peor entrevista, la más triste. Fue la que le hizo a Rita Hayworth, mítica Gilda que, en su paso por el plató de TVE, exhibió su decrepitud y alcoholismo. "Estaba totalmente ida" contaría Íñigo.
5. El ¿peluquín? de Íñigo
Era un clásico entre los viñetistas de la época (Ventura y Nieto, Forges y demás) hacer chistes sobre el presunto peluquín de Íñigo. Personaje queridísimo de modo extrañamente unánime en España, este fue el único y leve dardo que recibió en su trayectoria. Él jamás se lo tomó a mal. El ¿peluquín? de Íñigo se convirtió también en icono (y misterio).
6. Historia (por siempre) viva de la televisión
Y llegó su última etapa profesional. Después de Estudio abierto, Directísimo, Esta noche... fiesta o Fantástico (los más populares magazines televisivos que ha habido en España), José María Íñigo desapareció del mapa catódico por una temporada. Reaparecería (exhibiendo una reluciente calva) como historia viva de la televisión ejerciendo, sin ningún problema. de secundario. Estuvo en ETB (Íñigo en directo). en Telecinco (El show de Flo), regresó a Eurovisión como comentarista y, finalmente, tuvo su lugar junto a Pepa Fernández en RNE, los fines de semana en No es un día cualquiera. Murió siendo el gran astro de la televisión (y la radio) que siempre fue. Descanse en paz.
Hagamos repaso a cómo se convirtió José María Íñigo en la gran estrella de la televisión que fue.
De su Bilbao natal (nació un 4 de junio de 1942 -tenía 75 años-) a los míticos estudios de Prado del Rey.
1. Cuando Íñigo era el DJ juvenil venido de Londres
Íñigo se fue muy joven a Londres, allá por los primeros 60, y se empapó de cultura pop. Aprendió inglés (según contaba) a su aire y regresó para hacerse pinchadiscos de Los40 y luego dar el salto a la tele con Último grito y Ritmo 70. Salió en esa joya oculta del cine musical español que es Un, dos, tres al escondite inglés (que dirigió Iván Zulueta, el mismo que firmó la bellísima Arrebato).2. La gran noche con Uri Geller
Fue un 6 de septiembre de 1975 e Íñigo presentaba Estudio abierto, un magazine con entrevistas, actuaciones y lo que se terciara. España entera asistió a la magia tramposa de Uri Geller, mentalista internacional que doblaba cucharas y que arregló los relojes de miles de telespectadores ("vayan ustedes al cajón donde tienen ese reloj que no usan y comprueben que esta en marcha"). Lo de los relojes era pura estadística: alguno habría olvidado por ahí que echaría a andar por un mero efecto de recarga tras descansar en el cajón. Sea como fuere, millones de televidentes se asombraron y convirtieron este momento en uno de los más vistos de la televisión en España.3. Y Joan Baez, todavía en el franquismo, homenajeó a los comunistas.
Lo contó Íñigo en varias ocasiones. Su momento más tenso con el franquismo se produjo cuando invitó a Joan Baez a cantar en su programa y la estrella del folk (muy izquierdista ella) dedicó su actuación a "Pasionaria, presidenta del Partido Comunista". Too much en unos tiempos en que a los comunistas no se les mentaba en TVE y menos en un espacio de entretenimiento con audiencias masivas.
4. La entrevista más triste del mundo
Otra anécdota muchas veces repetida por Íñigo: su peor entrevista, la más triste. Fue la que le hizo a Rita Hayworth, mítica Gilda que, en su paso por el plató de TVE, exhibió su decrepitud y alcoholismo. "Estaba totalmente ida" contaría Íñigo.
5. El ¿peluquín? de Íñigo
Era un clásico entre los viñetistas de la época (Ventura y Nieto, Forges y demás) hacer chistes sobre el presunto peluquín de Íñigo. Personaje queridísimo de modo extrañamente unánime en España, este fue el único y leve dardo que recibió en su trayectoria. Él jamás se lo tomó a mal. El ¿peluquín? de Íñigo se convirtió también en icono (y misterio).
6. Historia (por siempre) viva de la televisión
Y llegó su última etapa profesional. Después de Estudio abierto, Directísimo, Esta noche... fiesta o Fantástico (los más populares magazines televisivos que ha habido en España), José María Íñigo desapareció del mapa catódico por una temporada. Reaparecería (exhibiendo una reluciente calva) como historia viva de la televisión ejerciendo, sin ningún problema. de secundario. Estuvo en ETB (Íñigo en directo). en Telecinco (El show de Flo), regresó a Eurovisión como comentarista y, finalmente, tuvo su lugar junto a Pepa Fernández en RNE, los fines de semana en No es un día cualquiera. Murió siendo el gran astro de la televisión (y la radio) que siempre fue. Descanse en paz.