domingo, 5 de junio de 2016

Francia logra un contrato de venta de armas a Australia de 34.000 millones de euros.

Submarino francés Shortfin Barracuda
Francia ha ganado uno de los mayores contratos de armas de este momento en el mundo. Suministrará a Australia 12 submarinos por valor de 34.300 millones de euros, un éxito para París que se suma a las recientes ventas de cazabombarderos a Egipto, Catar e India. Con la adquisición de esos buques, Canberra se rearma cuando las tensiones en sus aguas próximas se han disparado por las tensiones de China con Japón y Estados Unidos.
El submarino elegido es similar al Barracuda, de propulsión nuclear en la versión de la Marina francesa. En el caso australiano, será de propulsión mixta, eléctrica y diésel, una de las claves fundamentales por las que la opción francesa ha superado a sus competidores alemán –Thyssenkrupp Marine Systems- y japonés –un consorcio formado por Kawasaki y Mitsubishi.
Otra clave fundamental que ha favorecido a Francia ha sido que París ofreció que los 12 barcos, desarrollados por la empresa DCNS, se construyeran en Australia. De hecho, la multinacional francesa creó hace un año una filial en la ciudad australiana de Adelaida. Las transferencias de tecnología, la creación de 2.800 empleos en esa ciudad, el gran radio de acción de los submarinos y la escasa experiencia de Alemania y Japón en ese tipo de proyectos inclinaron la balanza a favor de París.
El presidente francés, François Hollande, ha saludado en la mañana de este martes la decisión australiana a través de Twitter: “Elección histórica de Australia a favor de Francia y DCNS para la construcción de 12 submarinos. Felicito a todos los que han contribuido”. La decisión ha coincidido con la visita oficial a París del gobernador general de Australia, Peter Cosgrove. "Sombrerazo a la cooperación franco-australiana", ha escrito en la misma red social el primer ministro francés, Manuel Valls.
Desde Australia, y ante los astilleros de Adelaida, el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, ha asegurado que la oferta francesa ha sido la que mejor ha respondido a las exigencias de su país. “Serán los más sofisticados del mundo y serán construidos aquí”. Además de los empleos en Australia, el enorme contrato asegurará carga de trabajo para décadas para 4.000 trabajadores franceses de DCNS, que hará el mantenimiento de los barcos durante más de 40 años, así como a 200 empresas subcontratistas. El Estado posee el 62% de la propiedad de DCNS.
Al contrato aspiró también la española Navantia. Comenzó con buenos pasos y Canberra situó la opción española entre las mejores, pero la desechó en 2014 cuando el proyecto español comenzó a registrar graves problemas en la compensación de pesos, que ha acabado costando 130 millones suplementarios.
Con el anuncio hecho este martes, Australia cierra un paso fundamental de su programa de submarinos denominado Sea 1000. Canberra lo lanzó para contar son buques de 4.000 toneladas y grandes radio de acción para sustituir a los 6 submarinos en servicio que dará de baja en la próxima década.

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