Muy pocas personas saben que según los propios textos sagrados del Islam Mahoma recibía los designios de Alá vestido de mujer, que se acostó con una muerta, que tenía tendencias homosexuales, que chupaba la lengua de jovencitos y jovencitas, que practicaba el cóito desnudo en público, que besaba los pechos de su hija Fátima o que mantenía relaciones sexuales con su esposa Aisha sin importarle que ésta tuviese la menstruación, cosa que él mismo prohibió explícitamente a sus seguidores. También está escrito en los textos sagrados musulmanes su afirmación de que copularía con María, la madre de Jesús, en el Paraíso, lo que evidencia el deterioro cognitivo del Profeta. Igualmente conocemos, gracias a los escritos islámicos, que cuando Mahoma se sintió atormentado por el Maligno, su primera esposa le "convenció" de que en realidad las extrañas visitas nocturnas que recibía eran las del arcángel San Gabriel. Y muy posiblemente ahí está el origen del escaso crédito que el testimonio de la mujer mereció siempre al Mensajero, como dice el Padre Botros.
Todos estos datos han sido aportados por el Padre Zacarías Botros, sacerdote copto egipcio, que ha conocido la persecución y la tortura, al igual que su hermano mayor a quien por predicar el Evangelio entre musulmanes, le cortaron la lengua y le asesinaron. Ahora, el Padre Zacarías vive en el exilio, Al-Qaeda paga 60 millones de dólares por su cabeza y la prensa de su país le describe como el enemigo número uno.
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