Al día siguiente, el mismo imán y algunos miembros del Comité de la Sharía local, acusaron a la víctima del delito de “ comportamiento sexual inmoral”, la condenaron a la pena de 200 latigazos e inmediatamente se ejecutó la sentencia. El violador, fue sancionado con multa de 150 dólares.
Tras denunciarse el caso, los autores del crimen han afirmado que Hena, en realidad, era una mala chica involucrada en “actividades inmorales”, que había sido sorprendida con un varón en actitud sospechosa por los lugareños y que, por supuesto, jamás hubo flagelación alguna.
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