La violación de Aisha por el Profeta es uno de esos hechos que algunos musulmanes intentan soslayar, puesto que es sumamente difícil defender un acto que repugna a la conciencia humana. Sin embargo, el delito continuado que cometió el Mensajero a sus sesenta años (en el siglo VI una persona de 50 ya era anciana) en la persona de una niña que sólo contaba con 9 años, es justificada con los siguientes argumentos:
1- El Enviado, tuvo un sueño en el que él y la niña se casaban. Lo que fue interpretado como un mandato de Alá.
Por otro lado, y al margen de que una niña de 9 años pueda ser considerada como una estadista, se aduce que en los climas cálidos, como el de Arabia, las menores de edad se derarrollan físicamente con mayor rapidez que en otras partes del mundo, lo que las hace aptas para el sexo a edades tan tempranas. Igualmente, y como argumento que rebate las acusaciones de lubricidad del Profeta, se apunta que Aisha fue su única esposa virgen, y que anteriormente había contraído matrimonio con una mujer fea y viuda para consolarla. Pero el sexo con niñas no es algo del pasado, sino una asquerosa práctica habitual en países musulmanes como Irán o Yemen, donde la pedofilia es un derecho para el varón basado en el Corán
1- El Enviado, tuvo un sueño en el que él y la niña se casaban. Lo que fue interpretado como un mandato de Alá.
2- La inteligencia de Aisha era muy superior a la del resto de niñas de su edad.
3-Mahoma, amaba al padre de la víctima (Aisha)