El buque oceanográfico Hespérides, tras 2.000 millas náuticas recorridas, siete meses de navegación y una vuelta al mundo, ha regresado hoy a Cartagena (Murcia). En su recibimiento, Carlos Duarte, coordinador del proyecto Malaspina, del que forma parte el Hespérides, se ha mostrado «satisfecho, orgulloso y también preocupado». Satisfecho, porque se han cumplido todos los objetivos, «el 120 por ciento» –puesto que se han ido añadiendo nuevos a los iniciales–. Orgulloso, porque para él, España es «una potencia científica». Y preocupado porque los investigadores caigan en «la tentación de relajarse».
El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) ha precisado que es necesario «mantener la tensión, porque existe trabajo para 10, 20 ó 30 años». Duarte ha señalado que el proyecto, liderado por el CSIC, deja un legado de más de 120.000 muestras de aire, agua, gases y plancton del Índico, Atlántico y Pacífico, que se destinarán a elaborar colecciones de referencia para la comunidad científica y potenciar futuros estudios sobre la biodiversidad del océano y el impacto del cambio global. 20.000 de estas muestras integrarán la «Colección Malaspina», un banco que permanecerá sellado 30 años para que las futuras generaciones de investigadores tengan una ventana al estado del océano en 2010 y 2011. Un «tesoro», según el investigador, que «será patrimonio de toda la sociedad». Por ello, ha declarado que los «resultados son excepcionales».
En el acto de recibimiento han participado el presidente del CSIC, Rafael Rodrigo, y el comandante del Hespérides, Juan Antonio Aguilar, además de la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, quien hizo ayer el trayecto Málaga-Cartagena en el buque y cogió la última de las muestras. Garmendia ha manifestado que «ahora lo que no pueden faltar son fondos, por lo que vamos a hacer un esfuerzo especial». Según esta, «habrá financiación suficiente», puesto que, según ha declarado, su departamento tendrá en 2012 «otra vez tratamiento prioritario» en la formulación de los presupuestos.
Importantes hallazgos
Entre otros, la expedición ha evaluado el impacto del cambio global sobre el plancton marino. Así, los científicos han observado el efecto del aumento de la temperatura sobre su metabolismo, producción y capacidad para actuar como fuente o sumidero de dióxido de carbono o el efecto de la radiación ultravioleta sobre su actividad fotosintética. Los investigadores han detectado una pérdida «preocupante» de oxígeno en las aguas subtropicales y tropicales en los océanos y han comprobado la presencia de grandes cantidades de fragmentos minúsculos de plástico en el giro del Atlántico Sur, zona muy alejada de los continentes donde la actividad industrial humana es casi inexistente. Los científicos temen que estos plásticos puedan llegar a interferir en la dinámica de las comunidades naturales marinas. La expedición también recogió muestras de partículas atmosféricas, agua y plancton para evaluar la posible radiactividad procedente de la central nuclear de Fukushima.
El Hespérides ha arribado tras recalar en los puertos de Río de Janeiro (Brasil), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Perth (Australia), Sidney (Australia), Auckland (Nueva Zelanda), Honolulú (Hawai) y Cartagena de Indias (Colombia). El otro buque que conforma el proyecto Malaspina, el Sarmiento de Gamboa, regresó en abril procedente de Santo Domingo (República Dominicana), tras haber explorado el Atlántico durante casi dos meses.