Un mes después de concluir la primera unión de secciones del submarino S-81, Navantia ha comenzado la soldadura de la siguiente. En adelante únicamente quedarán dos operaciones más como ésta para conformar al completo el primero de los cuatro sumergibles del programa, lo que previsiblemente ocurrirá en octubre. A partir de ese momento, al buque sólo le quedará preparar su puesta a flote, lo que se espera llevar a cabo dentro de diez meses.
El director del Astillero de Cartagena, donde se fabrican estas naves, ha confirmado que esta semana se ha iniciado “la unión de la secciones uno y dos del submarino [ya soldadas] con la tercera”. Con esta operación, quedará conformada la mitad de la nave, desde la popa hasta justo antes de la vela.
En septiembre, ha añadido, tendrá lugar la unión de la sección cuarta a las anteriores. Y, finalmente, “en octubre o a final de año”, se añadirá la quinta, “lo que dejará al submarino totalmente conformado para preparar la puesta a flote”.
El calendario de trabajo de Navantia contempla que la primera nave de la serie, bautizada Isaac Peral, tome contacto con el mar el próximo mes de mayo.
Si bien admite la impresión de la empresa de que los recortes presupuestarios acabarán influyendo de un modo u otro en el programa, de momento no se contempla ningún cambio en el actual calendario de los S-80.
El programa, que en conjunto supone una inversión aproximada de 1.800 millones de euros, ya ha sufrido varios retrasos que lo han alejado del plan inicial que contemplaba la entrega a la Armada Española del primer sumergible este mismo año.
La agenda actual estima la puesta a flote de la segunda de las naves en marzo de 2015; la tercera, en septiembre de 2016, y la cuarta, en noviembre de 2018.
La entrega a la Armada se alargará entre un año y medio y cerca de dos años más para cada una de ellas. Sobre todo será larga la de la primera, que es con la que se adquirirá la experiencia para las siguientes. Así, el S-81 se recibirá en marzo de 2015; el S-82, en noviembre de 2016; el S-83, en marzo de 2018, y el S-84 operará en la marina militar española a partir de mayo de 2019.
Hace algo más de un mes el jefe de Programa del S-80, reveló que la construcción del S-81 se encontraba al 58% de su ejecución (contando que el 100% es su entrega a la Armada), el S-82 al 38%, el S-83 al 24%, y el S-84 al 16%. De esta manera, el proyecto total acababa de superar en ese momento un tercio de su ejecución completa.
Se recordó que el S-80 es el primer submarino que diseña y construye íntegramente Navantia, “y además supone un salto tecnológico muy importante: va a ser el submarino convencional más avanzado que haya en el mundo”.
Sobre él ya han puestos sus ojos las armadas de Australia, India y Noruega, que lo han incluido entre las opciones para sus futuros programas de sumergibles.
Sobre este punto, el director de los astilleros de Navantia en Cartagena, Manuel Filgueira, ha explicado que no cree que la crisis económica influya demasiado en la decisión final de estos países. India no está sufriendo como Europa los embates de la actual coyuntura económica y “tiene asignada a su defensa una importante cantidad de recursos que no es probable que vaya a retirar”. Y en cuanto a Noruega y Australia, “se trata de naciones que han acusado menos la crisis y pueden permitirse mantener este tipo de encargos”.
A la espera de lo que ocurra con los posibles nuevos contratos y de avanzar en los S-80, el Astillero de Cartagena también trabaja en el submarino S-73 Mistral de la Armada Española, al que está sometiendo a una reparación general (gran carena), que supone 500.000 horas de trabajo durante 16 meses. Esta operación, que ya lleva meses realizándose, fue oficialmente aprobada por el Consejo de Ministros del pasado 13 de julio con una inversión de más de 24 millones de euros.
El director del Astillero de Cartagena, donde se fabrican estas naves, ha confirmado que esta semana se ha iniciado “la unión de la secciones uno y dos del submarino [ya soldadas] con la tercera”. Con esta operación, quedará conformada la mitad de la nave, desde la popa hasta justo antes de la vela.
En septiembre, ha añadido, tendrá lugar la unión de la sección cuarta a las anteriores. Y, finalmente, “en octubre o a final de año”, se añadirá la quinta, “lo que dejará al submarino totalmente conformado para preparar la puesta a flote”.
El calendario de trabajo de Navantia contempla que la primera nave de la serie, bautizada Isaac Peral, tome contacto con el mar el próximo mes de mayo.
Si bien admite la impresión de la empresa de que los recortes presupuestarios acabarán influyendo de un modo u otro en el programa, de momento no se contempla ningún cambio en el actual calendario de los S-80.
El programa, que en conjunto supone una inversión aproximada de 1.800 millones de euros, ya ha sufrido varios retrasos que lo han alejado del plan inicial que contemplaba la entrega a la Armada Española del primer sumergible este mismo año.
La agenda actual estima la puesta a flote de la segunda de las naves en marzo de 2015; la tercera, en septiembre de 2016, y la cuarta, en noviembre de 2018.
La entrega a la Armada se alargará entre un año y medio y cerca de dos años más para cada una de ellas. Sobre todo será larga la de la primera, que es con la que se adquirirá la experiencia para las siguientes. Así, el S-81 se recibirá en marzo de 2015; el S-82, en noviembre de 2016; el S-83, en marzo de 2018, y el S-84 operará en la marina militar española a partir de mayo de 2019.
Hace algo más de un mes el jefe de Programa del S-80, reveló que la construcción del S-81 se encontraba al 58% de su ejecución (contando que el 100% es su entrega a la Armada), el S-82 al 38%, el S-83 al 24%, y el S-84 al 16%. De esta manera, el proyecto total acababa de superar en ese momento un tercio de su ejecución completa.
Se recordó que el S-80 es el primer submarino que diseña y construye íntegramente Navantia, “y además supone un salto tecnológico muy importante: va a ser el submarino convencional más avanzado que haya en el mundo”.
Sobre él ya han puestos sus ojos las armadas de Australia, India y Noruega, que lo han incluido entre las opciones para sus futuros programas de sumergibles.
Sobre este punto, el director de los astilleros de Navantia en Cartagena, Manuel Filgueira, ha explicado que no cree que la crisis económica influya demasiado en la decisión final de estos países. India no está sufriendo como Europa los embates de la actual coyuntura económica y “tiene asignada a su defensa una importante cantidad de recursos que no es probable que vaya a retirar”. Y en cuanto a Noruega y Australia, “se trata de naciones que han acusado menos la crisis y pueden permitirse mantener este tipo de encargos”.
A la espera de lo que ocurra con los posibles nuevos contratos y de avanzar en los S-80, el Astillero de Cartagena también trabaja en el submarino S-73 Mistral de la Armada Española, al que está sometiendo a una reparación general (gran carena), que supone 500.000 horas de trabajo durante 16 meses. Esta operación, que ya lleva meses realizándose, fue oficialmente aprobada por el Consejo de Ministros del pasado 13 de julio con una inversión de más de 24 millones de euros.