Aunque la espiral parece que tiene vida propia y se mueve, todo es fruto del engaño de nuestra visión debido a los cambios de tonalidades. Por eso podemos decir sin temor a equivocarnos, que las apariencias engañan y nunca demos por cierto algo que quizás no lo sea. En estos casos la criminología tiene muy en cuenta todos los supuestos casos en los que las apariencias pudieran distorsionar la realidad vista por un testigo.
Juzgar ustedes mismo esta imagen:
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