Según Jeremy Rifkin, España ha sido pionera en el desarrollo de las energías renovables y el origen de las movilizaciones de los "indignados" de todo el mundo y, por eso, "tengo la esperanza de que España también liderará la tercera revolución industrial", la que "devolverá la salud al planeta y salvará a nuestra especie".
Este es el deseo de Jeremy Rifkin, economista, sociólogo y asesor político, y uno de los mayores expertos del mundo en cambio climático, quien hoy ha participado en "El ser creativo", el II Congreso de Mentes Brillantes que entre hoy y el viernes reunirá a 21 expertos del mundo de la genética, la economía o la filosofía.
Para Rifkin, el mundo actual se enfrenta a una nueva revolución, un cambio que está siendo liderado por los jóvenes y por las nuevas tecnologías como demuestra el movimiento de "indignados" que comenzó en España y que después se ha extendido hasta llegar a Wall Street.
Es la generación de internet, una generación "que no entiende de derechas o de izquierdas" y que sabe que para conseguir un mundo justo y equitativo hace falta un cambio de "conciencia global: pasar de una visión del mundo geopolítica a una geofísica".
Ese cambio de mentalidad, ha dicho, servirá para "darnos cuenta de que somos socios de la ciencia y de que tenemos que compartir la energía y restaurar la salud del planeta" porque, como ya han advertido los científicos "estamos en la etapa temprana de la extinción del mundo y hay que actuar si queremos salvar la especie".
Para el premio Nobel de Química Mario Molina, la situación es igual de alarmante que para Rifkin porque el cambio climático es consecuencia "directa" de la actividad humana y el coste de no hacer nada para combatirlo es "muy significativo".
Este investigador ha explicado que sólo el tres por ciento de los científicos niega el cambio climático; el problema es que "los medios de han querido dar voz a los dos lados de esta controversia y eso ha dado la impresión de que no hay consenso científico".
La consecuencia es que el 74 por ciento de la gente no está convencido o niega el cambio climático y sólo el 26 por ciento reconoce este problema, una situación que permite a los gobiernos (especialmente al de Estados Unidos) evitar que se firme un acuerdo internacional para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) necesario para frenar el calentamiento global.
Sin embargo, el astrofísico y meteorólogo Piers Corbyn ha defendido que el dióxido de carbono es bueno porque "es alimento para las plantas", la materia con la que hacen la fotosíntesis y renuevan el oxigeno que permite la vida en el planeta.
Este escéptico del cambio climático ha asegurado que es el sol y las fases lunares los que están controlando el clima mundial que, además, según su pronóstico, reducirá las temperaturas progresivamente hasta el 2035.
"Así que dejad de sentiros culpables por conducir un coche y emitir CO2 porque les encanta a las plantas", ha afirmado.
En la jornada de hoy también se ha hablado de ciencia y medicina, con invitados como el director del laboratorio de Bioquímica del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos Dean Hamer; el investigador y experto en células madre José Manuel García Verdugo, y el gerontólogo de la Universidad Cambridge Aubrey de Grey.
En su exposición, Hamer ha criticado al lobby de la industria farmacéutica de hacer que la entrega y el precio de los medicamentos (antirretrovirales) sea inaccesible para la mayoría de infectados de sida, mientras que García Verdugo ha explicado que las células madre que hay en el cerebro crean neuronas durante toda la vida, y que sustancias como el alcohol o las drogas destruyen esta capacidad.
El gerontólogo Aubrey de Grey se ha referido al envejecimiento del cuerpo humano, una situación -ha dicho- que podría evitarse si la geriatría investigara cómo prevenir las enfermedades que causa el metabolismo (cáncer, diabetes, alzheimer, etc) en vez de tratarlas "cuando son una batalla perdida debido a los daños acumulados en la evolución del metabolismo corporal".
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